El hogar es un ambiente ideal para desarrollar valores de amor y unión familiar pero también de respeto al espacio de cada uno, todo mediante la adopción de actitudes de armonía, cooperación, tolerancia y honestidad.
Es muy importante conversar con todos los integrantes de la familia para fomentar esta convivencia ya que la forma en la que tu hijo convive en familia es fundamental para determinar el tipo de relaciones en las que se involucra, así como las decisiones que toma en otros ambientes sociales.
Si en casa no sabe comunicarse adecuadamente contigo o con sus hermanos, es probable que también le cueste hacer lo mismo con otras personas.
Consejos para fomentar la convivencia familiar:
- Cuando necesiten corregir a sus hijos, háganlo sin herir sus sentimientos.
- Traten de ayudar a sus hijos a que tengan una imagen positiva de sí mismos.
- Dirigirse con palabras alegres, cariñosas y de aliento que les ayuden a tener confianza en sí mismos y en la vida: «tú eres capaz de hacerlo mejor«; «tu ayuda me es valiosa«.
- También puedes comunicarte a través de caricias, gestos, movimientos corporales, miradas y silencios.
- Respetar las opiniones de cada uno y tomar en cuenta que cada niña o niño tiene su propia personalidad, sus propios intereses y su particular manera de ver las cosas.
- Al considerar las opiniones y puntos de vista de los niños se fortalecen los lazos familiares, la seguridad y la autoestima de los hijos, y se les enseña a reflexionar sobre sus propias ideas.
- Por muy complejo o pesado que haya sido el día, todos deseamos irnos a descansar con una palabra afectuosa.
- Establecer la tradiciòn de comer juntos en la mesa y disfrutar de la unión familar
- Arreglar y limpiar la casa puede ser una actividad que involucre a todos los integrantes, siendo conscientes de las precauciones y limitaciones en cada caso.
- Jugar es divertido, por ejemplo a encontrar el tesoro: se trata de esconder objetos por toda la casa y dar las pistas para encontrar los objetos escondidos.
- Finalmente respetar los espacios de cada integrante, tanto en lugar físico como en tiempo.
Cuenten a sus hijos sus propias experiencias, pues en los relatos los niños se forman una idea de cómo se puede vivir.
La buena comunicación entre los miembros de la familia no sólo es disfrutable, sino que también facilita la armonía y reafirma los lazos afectivos.